¿Activista o influencer?

Debido a la discusión en redes sobre las acciones de Jessica Fernández en su más reciente visita a África, no pude evitar cuestionarme: ¿Activista o influencer?

¿Activista o influencer? Es la pregunta que me he hecho desde hace mucho pero ha resonado en mi cabeza muchísimo en estos días.

Por eso, cuando ayer llegué a esta parte del libro «Desde los zulos» de Dahlia de la Cerda (el cual por cierto, te recomiendo muchísimo), entendí porqué me brinca tanto que haya tantas personas que se autodenominen como tal.

Fragmento del libro «Desde los zulos» de Dahlia de la Cerda

Y claro, quise compartir este texto y mi reflexión contigo.

Luego de todo lo que ha sucedido en los últimos días alrededor de este tema, me doy cuenta que nos falta tantísimo por aprender.

Debo ser honesta y decir que, hace unos años, yo hubiera sido esa que decía «pero todas somos mujeres» porque jamás entendí de discriminación…

Hasta que empecé a crear contenido online.

Sí, fue hasta que empecé a exponerme en redes sociales que fui consciente que mi tono de piel y mi cabello eran un «tema».

Y todo empezó cuando me invitaron a un programa que se sumaba a la «inclusión» y a la «moda curvy» y me dijeron que tenía que llevar el cabello recogido porque era imposible «recortar» mis rizos en la pantalla verde.

Luego, este mensaje se volvió más constante al ver que la mayoría de las blogueras de moda famosillas en México, gordas o no, son blancas y de una clase social a la que, evidentemente, yo no pertenezco.

Hace unos años, Gisette Rosas de «Negra como yo» me entrevistó y antes de empezar me preguntó si yo me asumía como negra, le dije que no y eso me sacó mucho de onda porque, evidentemente, nunca jamás me lo había cuestionado…

«Soy orgullosamente mexicana», dije. Y sólo eso.

Más tarde, cuando esa pregunta seguía rondando mi cabeza, recordé que años atrás salí con un hombre también afrodescendiente y me preguntó algo similar:

¿Quién de tu familia es negro? Y yo dije: Nadie, muy segura de que eso era verdad.

Y pues sí, eso me sembró la curiosidad y empecé a indagar con la familia.

¿Qué resultó de preguntar a varios miembros de los ella?

Luego de presionar y presionar a sus memorias, me dijeron que sí, que una tía de la abuela materna era «morenita» (porque todavía le tienen pavor a decir «negra»).

¿Qué otra información pude rescatar de este hallazgo? Ninguna.

¿Por qué? Porque la sociedad en la que vivimos es tan racista que las mismas familias se encargan de «borrar los rastros».

De hecho, hasta empecé a notar que mi otra abuela, además de «halagarme» con el clásico «te ves más delgada», también me dice frecuentemente a manera de piropo que «me veo más blanquita».

Además, recordé todas esas veces que me han dicho que mis hermanxs no lo parecen porque ellos son blancos y yo no.

Te cuento esto como contexto porque, al conocer esta historia y hacerme consciente de lo marcado que es esto en la sociedad, empecé a documentarme y así fue como llegué al contenido de las afrofeministas 💜

Por supuesto que no me voy a convertir en activista. Ni siquiera a decir que esta lucha también es mía porque, yo no he sufrido ni de cerca la discriminación y la violencia ellas viven todos los días.

Lo que sí he decido hacer (como ya pudiste notarlo), es compartirte por este medio sus mensajes y argumentos, recomendándotelas para que, si estás abierta a aprender al respecto, corras a seguirlas para conocer más sobre el trabajo del antirracismo.

Quiero agradecer muchísimo a Mikaela Drullard y a Mayura Prisma por toda su paciencia y su gran labor, por todo lo que han aportado en estos días, no sólo a mí, a muchxs.

En algún lado leí que en dos semanas todo iba a quedar en el olvido, pero a mí parecer son miles lxs que las escucharon y si una pequeña parte esas miles decide cuestionarse, es un paso más.

Si el contenido antirracista de estas y otrxs creadorxs tiene sentido para ti, te pido por favor que lo compartas.

Y es que hasta el algoritmo de las redes favorece a las pieles blancas (por si te preguntabas porqué estas voces no tienen tantos seguidores como deberían).

Incluso hay un documental que habla de ello.

Finalmente, te invito a reflexionar sobre la pregunta del inicio de este texto:

¿Esa persona que sigues es realmente activista o sólo influencer?

Yo, decido creer que activistas son todas aquellas personas que de verdad generan acción para que el mundo cambie.

Esas que luchan día a día, mano a mano con la gente que lo necesita, que la acompañan sin importar consecuencias y que no les basta con salir a marchar…

No sólo quienes gritan, lloran y se desgarran las vestiduras detrás de una pantalla cómodamente sentadas en la sala de su casa.

Y tú, ¿qué opinas?

Te amito 💕